Fran era uno de esos amigos que te echas, por que son hijos de los amigos de nuestros padres. Estas relaciones parietales te obligan muchas veces a entrablar conversación y a hacer amistad con gente que nunca te hubieras imaginado y con gente que a lo mejor, de no ser por esta manera nunca te hubieras esforzado en conocer.
Mis padres tenían unos amigos y mi hermano y yo nos hicimos amigos de sus hijos. Éramos dos para dos, dos chicas para dos chicos. Lo más normal a edades tempranas es que las chicas vayan con las chicas a jugar a las muñecas y los chicos a cazar renacuajos a una acequia. Pero yo como siempre, elegía coger renacuajos, a mi lo de las barbys, como que no.
Con lo cual pasaba más tiempo con mi hermano y nuestro nuevo amigo que con la hermana de este.
Con el tiempo nos fuimos haciendo los tres muy amigos. No vivíamos en la misma ciudad y por ese motivo no nos veíamos con tanta asiduidad como nos hubiera gustado, pero claro, elegían nuestros padres.
Ya con cartoce años, todos nos conocíamos muy bien. A Fran le detectaron leucemia, pero nosotros realmente no veíamos la importancia, seguíamos con él de igual manera.
Su enfermedad iba creciendo con nosotros. Fran que tío, que vitalidad, que ganas de comerse la vida, que alegría!!! Era un ejemplo a seguir y lo sigue siendo. Su madre se estaba muriendo de la angustia e incluso se lo llevó a Lourdes a ver si la virgen hacía un milagro con su hijo.
Pero Fran no se quejaba, él simplemente vivía intensamente. Tenía una melena rubia y lacia preciosa. Un día me llegó y me dijo que había encontrado un tinte natural, color azul, chulísimo!! y nos fuimos corriendo los dos al aseo a hacernos mechas.
Cuando salimos nuestros padres pusieron ojos de sapo y ...no queráis saber el resto, una locura!! jajajajajaja
Otro día me hablaba de los tattos de henna, otro día se rapaba el pelo por la nuca (como se llevaba antes) y cosas así. Él lo experimentaba y yo alucinaba con su capacidad de amarlo y disfrutarlo todo.
Pero Fran seguía enfermo. Le pusieron clavos dentro de la pierna y un sin fin de cosas, pero Fran seguía siendo el mismo chaval adorable y loco que habíamos conocido.
Se pegaba unas fiestas bestiales!! y nosotros íbamos a muchas otras, no tan bestiales, para recaudar fondos para los enfermos de leucemia.
Un día el medico le dijo que la enfermedad había remitido y que Fran estaba bien.
Esa noticia fue la leche!!, nos volvimos locos de contentos.
Pero con el tiempo la relación de amistad que tenían nuestros padres se fue enfriando, hasta que se congeló. Y mi hermano y yo dejamos de ver a Fran, por que no teníamos ninguna manera de viajar que no fuera el coche de nuestros padres.
Y en mi memoria todo quedó igual.
Hace unos años mi padre retomó el contacto con los padres de este chico. Recuerdo perfectamente el día que fue a verlos. Yo ya vivía fuera de mi casa y mi padre me llamó para que fuera y me dijo "siéntate" (mal asunto pensé) Empezó diciéndome que acababa de venir de su casa de ver a sus padres y se le llenaron los ojos de lágrimas. Yo le dije "dímelo ya, es Fran?" y mi padre me contestó "Fran hace más de dos años que murió"
Fue un jarro de agua fría y como tal me lo tomé. Miré a mi padre y le dije "No te preocupes papá, Fran con 21 años ya vivió todo lo que tenía que vivir y se preocupó en disfrutar de todo lo que tenía que disfrutar"
Cuando llegué a mi casa el recuerdo de lo que me había dicho mi padre se había disipado de mi mente y seguí con mi vida, tal cual.
Días después, semanas después, meses después, pensé, pensé y lloré, pude llorar lo que no está escrito. Mi amigo, mi mejor amigo, mi amigo loco, mi amigo alegre, mi ejemplo,... ya no estaba. Y lo peor no era que no estuviese con nosotros, sino que yo no estuve cuando debía haber estado. No estuve en sus peores momentos con él, no le pude decir lo que pensaba, ni lo que le quería, ni lo que le admiraba, no le pude decir nada. Y mis lágrimas vagaban tristes y vacías.
Han pasado muuuchos años de esto, pero ese dolor no se olvida. Por que a parte de dolor es culpa, sentimiento de culpa por no haberle ayudado a su superar ese momento, ni de haberle podido tender la mano o de simplemente haber estado allí.
Este post es en su memoria, para su memoria y para la mía. Para que conste de que no me olvido y de que nunca dejaré de llorar su ausencia.
Fran, aún espero que toques a mi puerta para enseñarme el nuevo tinte que has encontrado...
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