Decepciones

Hay que ver como son las cosas. Van pasando los años y van creciendo las experiencias, pero aún así, después de tropezar y caer y como siempre volver a levantarte, mientras intentas fortalecerte con todo eso y aprender de los errores, te das cuenta de que aún eres capaz de volverte a tropezar con la misma piedra.
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero en fin, añadamos que somos capaces de tropezar infinidad de veces en la misma piedra y que aunque la ves, te dices que esta vez no caerás, pero caes.
Ahora comienzo a levantarme de mi última torpeza. Al final creo que la piedra y yo vamos a empezar a tomar confianza y un día de estos nos iremos de cañas.
El cuento se vuelve a repetir, quién me lo iba a decir a mi, niña tonta y estúpida que aún crees en las buenas personas. Soy una Don Quijote que no ve molinos.
Romántica enamorada del amor y de las cosas bellas... pero las cosas más bellas pueden tornarse las más horribles de este mundo, dependiendo con que ojos las mires.
Mis ojos están en mi corazón y através de él es como miro las cosas de este mundo, dejo a un lado mi raciocinio y me dejo dirigir por el órgano más maravilloso que poseemos.
La mayoría de veces es como una bendición del cielo, el corazón me sirve de coraza antes las cosas insípidas y solo me deja ver las cosas bellas.
Pero ahí viene lo malo, cuando entra en juego el cerebro y deja caer ese fino velo que cubría todos aquellas cosas que no quería ver. Y se me cayó el velo. Y sí, ahora veo tantas cosas que hasta me duelen los ojos de observarlas.
Me gusta soñar con que en el mundo existen personas por las que merece vivir y morir. Personas por las que no te cuesta mover un dedo, sino todo lo contrario, por las que te mueves más que por ti misma. Personas a las que entregas tu corazón, tu tiempo y tu alma si fuera necesario. Personas, buenas personas, aparentemente buenas personas o quizás sean buenas, pero ya no me lo parecen tanto.
Soy una persona muy confiada, es cierto que no tanto, siempre me dejo en un rinconcito algo de desconfianza por aquello de que luego el golpe sea menos fuerte. Ciertamente es menos fuerte, pero no deja de ser un gran golpe y como todos sabemos un gran golpe siempre deja un moratón y ahora es el momento de lamerme mis heridas.
Un saludo piedra, seguro que nos volveremos a ver más a delante.